Otra noche entre tus brazos

La luz de la luna me invita a bailar al son de los cascabeles. La leve brisa que nos rodea, pega a mi cuerpo mi insinuante túnica mientras alborota mi pelo. Las ranas croan, los grillos cantan; son los artistas de la noche, nuestra orquesta particular que acompañan la danza.
Un lobo fija en mi pupila su desafiante mirada, esa mirada penetrante que me otorga del coraje ante la absoluta oscuridad que me envuelve, ante tí. Me da fuerza, se que me proteje de cualquier peligro que pueda acecharme. La hoguera me deslumbra, me riega con luces y sombras. Sus sinuosas curvas calientan mi cuerpo, la fogosidad que me inunda produce miles de remolinos que recorren mi cuerpo y me obligan a acercarme al tuyo. Todo mi ser palpita y el deseo de posesión se hace patente en todos los sentidos. Necesito sentirte dentro, tu cuerpo me pide guerra, y yo ansio liberar la batalla. Se que al final uno de los dos acabará herido, y tambien se quien de los dos va a ser. Pero eso no me importa, pues tengo las pilas preparadas para librar una batalla como esta y mil mas. El aire envuelve nuestros cuerpos desnudos en uno solo, y beso todos los rincones de tu piel rojiza con ese resplandor de luces y sombras. Siento como alcanzo el éxtasis, el momento en el que tu cuerpo se estremece y suspiras, gimes, gritas. El sudor recorre nuestros cuerpos exhaustos.
La luna nos observa, siente envidia de tu abrazo. El cielo esta estrellado, ninguna estrella se ha querido perder nuestro reencuentro mágico. Veo como una de ellas cruza el cielo dejándo tras de sí una estela en la que puedo leer que me amas. Pero al segundo desaparece.