domingo, 17 de enero de 2010

Nuestra pequeña historia


Sentí el impulso de conocerte...demasiadas coincidencias ajenas a nuestros deseos. Te vi en una foto y me gustaste. Me viste en una foto y enseguida preguntaste a ver quien era esa chica tan guapa. El destino jugó a nuestro favor, y quiso que un día nos encontráramos. Fue todo tan irreal...yo, hablando a una persona que creía que no eras tu a través de una pantalla. Tú, sabiendo que era yo, riéndote de la situación que habías provocado para conocerme. Ese mismo día, mientras me debatía entre la duda y el deseo de hablar contigo, recibí tu llamada...Dos mentes conectadas en la distancia por necesidad de amar y ser amados.
A partir de ese instante algo inmenso, asfixiante, irreal empezó a crecer dentro de mi corazón, de mi mente y de mi cuerpo. Necesidad de escuchar tu voz, de mirarte a los ojos, de sentir tus manos sobre mi piel, de morder esos labios que me vuelven loca.
Y la distancia nuevamente...volvió a jugarnos una mala pasada. Mi pánico a viajar, nuestra falta de recursos económicos, el miedo a volver a enamorarnos...acabó con la que creo que iba a ser la historia de mi vida.
Aunque no me veas, ni me escuches, ni me sientas...sigo pensando en ti y en los momentos que vivimos juntos.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido...

jueves, 7 de enero de 2010

Año nuevo...y sigo sintiéndote


Llevo días esquivandote, no porque no quiera hablar contigo, si no porque para mi hablarte es sinónimo de sufrimiento. Nunca entenderé que pasó después de aquel fin de semana mágico en el que la pasión nos desbordo, en esos dos días en los que fue imposible rescatarnos de entre las sábanas. Prisioneros entre esas cuatro paredes donde la felicidad resbalaba por los balcones.
Y ahora se que estás con otra, tus palabras se clavan como puñales y tu felicidad me causa tanta alegría y dolor a la vez. Sentimientos contradictorios que marean mis sentidos: soy feliz si tu eres feliz con quien deseas, pero tambien soy infeliz si esa felicidad no la compartes conmigo.
Sigo queriéndote como el primer día.