martes, 7 de julio de 2009

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Erase una vez, una chica risueña y feliz que vivía en un pueblecito del norte de la peninsula. Esa chica era encantadora, y su simpatía enseguida dejaba huella en los demás. Un día, esa chica se enamoró perdidamente de uno de esos hombres que no aman a las mujeres. Ella le amaba, y el solo la utilizaba para dejarla una y otra vez abandonada despues, como un trapo viejo y mojado. Pero tal era su amor, que soportaba sus malas palabras y sus desprecios...todo por sentir su abrazo engañoso que tanto le hacia sentir esos segundos en los que él la tocaba. Después de muchos años, muchas lágrimas y sufrimiento, ella dejó de sentir...a veces volvían a verse, pero ella se volvió inmune a sus maltratos e indeferencia.

Un día, inesperadamente, conoció a un chico increible. El le devolvió la ilusión y las ganas de vivir, y lo que era mas dificil...le hizo volver a creer en el amor. Su corazón palpitaba desbocadamente al ritmo de sus palabras y sentía como nunca. Algo muy fuerte volvía a crecer en su corazón. Pero todo era un hechizo, que tras unos meses se rompió. Sin ninguna explicación, dejando a la chica nuevamente sumida en la oscuridad de la noche.

A veces, se le puede ver deambular por las calles con su caminar apesadumbrado...y vuelve a ver a ese chico que tanto daño le hizo, para intentar borrar la ilusión que le había vuelto a robar ese otro chico fantastico...Pero ya no siente, se ha echo inmune a sus desprecios... y ya no sufre por ese amor que antes quería...ahora sufre por esa nueva ilusión ausente.